dissabte, 6 de juny del 2009

- Sobre Acreditaciones Impropias I

Llegaba tarde a cenar en la casa dónde me habían invitado a pasar unos días, corrí los últimos metros hacia la entrada y justo allí me paró el cartero. Era un hombre de facciones italianas. Llevaba un prominente bigote debajo de su espléndida nariz y sus ojos marrones brillaban al ritmo de su ímpetu. Tenía una carta para mí, justo yo habiendo llegado en aquella bonita casa americana.
Acompañado de mi querida, nos paramos para atender el asunto que aquél modesto hombre nos portaba esa mañana de domingo. Amablemente accepté el sobre, pero antes de dármelo pidió ver mi documentación. Extrañado, no dudé en sacar de mi bolsillo el deseado documento. Con toda seguridad alargué mi brazo para que pudiera comprovar la realidad del receptor de la carta. Por nuestra sorpresa el cartero negó con la cabeza cuando con toda seguridad dirigí mi otra mano hacia la curiosa carta. Atentamente fuí testigo de aquél evidente error. El carnet de identidad que mostré no me pertenecía, però curiosamente conocía al representante. Se trataba de uno de mis amigos de toda la vida. Sorprendido, le pedí amablemente que esperara a que le tragiera mi verdadero carnet.
Pensé que me lo debería de haber dejado en mi cuarto. Me apresuré en regresar por donde venía, dejando al encuriosido cartedo y a mi muy estrañada querida en la entrada del jardín de aquella fantástica casa.
Entré por la puerta del jardín de la casa conjunta a la que nos alojábamos. Abrí la puerta de entrada con toda la normalidad del mundo y entré. La habitación que se abría a mis ojos era muy grande. Justo delante, a unos dos metros, unas escaleras desaparecían al piso superior. A mi derecha había una televisión encendida y en aquél momento se emitía mi telesérie favorita. Jack y Kate hablaban sentados en la playa de una isla. Reconocí immediatamente que se trataba de la primera temporada de "Lost". Y en los sofás junto a la televisión estaba mi tío sentado. Sin molestarse ni una pizca por mi presencia allí me saludó y le devolví el saludo. Reanudé la marcha hacia mi destinación. Subí por las escaleras y giré a la primera puerta a la izquierda. Un estrecho y corto pasadizo sin lámparas era lo que quedaba entre yo y mi documentación. Alcanzé a oscuras la puerta final, la abrí i encontré enima de la cama mi siempre reconocible riñonera negra. Registré por carnés y encontré un pack junto. Poseído por la prisa y el no querer hacer esperar ni el cartero, ni la familia que nos acogía los agarré todos y me los guardé al bolsillo. Rehice mi camino de vuelta saludando mi tío otra vez y alcancé al cartero y mi querida, que todavía estaban allí. Saqué esta vez el pack de carnés y le dí el primero que saqué, que me pareció ser el de identidad.
Alargué otra vez mi mano dirección a la carta, peró el cartero empezó a balbucear un alemán ridículo, que rápidamente atrajo mi atención de vuelta. Resultaba ser un carné de un ciudadano alemán. Sin preguntarme porqué tenía yo ese carné, el cartero me pidó que le diera mi carné de una vez.
Al mismo momento dos estudiantes alemanas se presentaron oportunamente para traducir para nosotros la identidad y localidad del propietario del carnet alemán.
Me decidí a escribir una carta para el propietario junto con su carné y se la entregué al cartero. Agradecidos, despedimos a las dos universitarias.
Saqué otra vez de mi bolsillo mi pack de carnés y convencido por enécima vez, alargué mi brazo dirección el cartero con un nuevo carnet. El cartero se enfurismó cuando por tercera vez le entregué un carnet que tampoco me pertenecía.


TO BE CONTINUED

1 comentari:

  1. Ara m'has deixat amb la intriga de saber com acaba!!

    En serio, fins que no he llegit l'etiqueta "sueño", em deia: "No pot ser que a la gent li passin coses tan surrealistes!"

    Per cert, si reconeixes una temporada concreta de Lost a través d'un somni, és que estàs moooolt enganxat! Veig que hi ha gent que em supera! xD

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